De las islas al estadio: historia geopolítica de una enemistad sudamericana

De las islas al estadio: historia geopolítica de una enemistad sudamericana

A propósito de las eliminatorias al próximo Mundial de Fútbol en Canadá, Estados Unidos y México 2026, las rivalidades entre las selecciones de Sudamérica esconden viejas rencillas deportivas, pero también políticas, económicas y culturales. Hoy en Agon&Areté revisaremos los antecedentes de la confrontación entre Argentina y Chile en el marco de sus discusiones limítrofes y la Guerra de las Malvinas.

(Escucha el podcast al final).

Por Sandro Angulo Rincón

El deporte es aún una actividad humana más emotiva que racional, empleada frecuentemente para aminorar las tensiones entre naciones, muchas veces caldeadas por la política y la religión. Es una forma de odiarse sin destruirse.

Uno de los partidos de fútbol que atrae la atención de los aficionados es el de Chile vs Argentina, países que en la década de los 70 y 80 amagaron con un enfrentamiento bélico que involucraba a sus fuerzas militares. El próximo encuentro se disputará en junio de este año en Santiago en un estadio, día y hora que aún están por confirmarse. Seguramente, los miles de seguidores de “la roja” recordarán las proezas de su selección, como cuando ganó por segunda vez la Copa América (del centenario) en Estados Unidos, justamente contra la selección albiceleste a la que derrotó por tiros desde el punto penal, con un cierre magistral de su ídolo Alexis Sánchez.

Los argentinos, tres veces campeones del mundo, rememorarán la paternidad futbolística que han tenido sobre los chilenos: de los 95 partidos jugados, Argentina ha vencido en 65 oportunidades (el 62,2%), Chile en 6 (6,2%) y 27 empates (28,4%). Una de esas victorias fue por goleada, 6 por 0, el 23 de diciembre de 1923.

No obstante, en el inconsciente colectivo de los aficionados de ambos bandos resonará la disputa por la soberanía de las islas ubicadas al sur del canal Beagle y el papel de Chile en la Guerra de las Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña. El canal de Beagle, cuyo nombre obedece al barco británico HMS Beagle que exploró esta región en el siglo XIX, es una zona ubicada al extremo sur de Sudamérica que comunica estratégicamente con la Antártida, cuenta con una exuberante riqueza pesquera y marina, y es apreciada por la prometedora explotación de petróleo (ver imagen).

El recuerdo de ese hecho histórico y el de las Malvinas (que más adelante reseñaremos) estará más vívido en la generación del Baby Boom, los nacidos entre 1945 y 1966, y la generación X, los de 1965 a1980, que los más jóvenes, los cuales sólo tendrán referencias de esos acontecimientos por sus padres y por las clases de historia patria.

Según Milton Cortés, autor del artículo La doble política de Chile en la guerra de las Malvinas: entre la neutralidad diplomática y la cooperación con Gran Bretaña, en la cronología del conflicto por el canal de Beagle se destacan estos hechos.

  • En 1971 se acordó recurrir al arbitraje de la Corona Británica, según lo establecido en el Tratado General de Arbitraje de 1902.
  • La sentencia se emitió en 1977, cuando ambos países estaban bajo regímenes dictatoriales (Jorge Rafael Videla, presidente argentino de facto desde 1976 hasta 1981, y Augusto Pinochet, presidente de facto chileno desde 1973 hasta 1990).
  • La sentencia resultó favorable a Chile que mantuvo la soberanía de todas las islas en disputa.
  • Argentina estaba dispuesto a ceder las islas más grandes, pero deseaba la soberanía de las islas Evout, Barnevelt y Hornos para evitar una penetración chilena en el océano Atlántico por medio de la delimitación de su zona económica exclusiva.
  • Las negociaciones fueron infructuosas y la junta militar argentina comenzó preparativos bélicos para ocupar las islas en querella, lo que inevitablemente conduciría a una respuesta chilena y a la guerra.
  • En diciembre de 1978 parecía que el conflicto estallaría en cualquier instante, pero las divisiones dentro de la Junta argentina (el presidente Jorge Rafael Videla y el general Roberto Eduardo Viola deseaban una salida diplomática, mientras que la Armada se inclinaba por la guerra) y la presión desde Washington (que advertía a los argentinos de que serían considerados como agresores si ocupaban las islas) promovieron una mediación del Papa Juan Pablo II.
  • El Papa hizo una propuesta en 1980, según la cual Chile mantenía la soberanía de las islas y se creaba una zona económica de actividades comunes, en la que ambos países compartirían los beneficios. La propuesta no satisfizo a ninguna de las delegaciones, pero Chile decidió aceptarla para evitar que Argentina pudiera proponer modificaciones.
  • Las medidas nacionalistas del comandante en jefe del Ejército argentino, general Leopoldo Galtieri, exacerbó las desavenencias a tal punto que el 28 de abril de 1981 cerró la frontera con Chile y movilizó a las tropas.
  • La designación del general Leopoldo Fortunato Galtieri como presidente de Argentina en diciembre de 1981 empeoró la situación. Una de sus primeras medidas fue desahuciar el Tratado General de Solución de Controversias de 1972.
  • El 29 de noviembre de 1984, los cancilleres de Argentina, Dante Caputo, y de Chile, Jaime del Valle, firmaron el Tratado de Paz y Amistad, que estableció definitivamente los límites entre ambas naciones, desde el Canal de Beagle hasta el Cabo de Hornos.
  • La propuesta papal, que otorgó las islas en la mitad norte del canal a Argentina y las islas en la mitad sur del canal a Chile, y concede derechos de navegación a ambas naciones, fue respaldado ampliamente por la población argentina en un plebiscito organizado por el gobierno democrático de Raúl Alfonsín (1983-1989).

Sin embargo, en la década de los 70 los chilenos temían que Argentina, con más capacidad armamentística, usara la fuerza para incorporar todas las islas del canal del Beagle. Por eso, cuando las fuerzas militares gauchas tomaron el control de las islas Malvinas el 2 de abril de 1982, los chilenos desplegaron una doble estrategia diplomática. Por un lado, proclamaban ante la ONU la salida negociada al conflicto entre Argentina y Gran Bretaña y, por otro, ayudaban subrepticiamente a los británicos para que ganaran la guerra.

La justificación para esta última estrategia la basaban en que ese 2 de abril de 1982, el gobierno militar de Galtieri (1981-1982) anunció frente a una multitud reunida ante la Casa Rosada que: “Hoy 2 de abril recién hemos comenzado con nuestra actitud de recuperar las Malvinas y toda su zona de influencia”, ante lo cual el público exclamó en canticos nacionalistas muy emotivos como los de los estadios de fútbol de la tierra de las pampas. La letra de unos de ellos era: “Tero, tero, tero, tero, tero, tero, tero / Hoy les toca a los ingleses y mañana a los chilenos”. Otro cantico de la jornada fue: “palo, palo, palo bonito palo e´, / eee, ¡que se cuide Pinochet”.

Fuente: Archivo Prisma, 2 de abril de 1982. (Esta crónica está acompañada de este video, perteneciente a la plataforma digital de Archivo Histórico de RTA, la cual garantiza el acceso universal, a través de internet, al material emitido y/o grabado por Radio Nacional y la Televisión Pública Argentina. El archivo completo se encuentra en su canal oficial Archivo Histórico de RTA en YouTube.)

Galtieri quería ganarse el favor popular y desviar la atención sobre la violación de los Derechos Humanos. Su proyecto político también concebía insertar a la Argentina en el sistema capitalista internacional para garantizar un crecimiento económico sostenido. Aunque las Islas Malvinas (o Falkland Islands en inglés) están geográficamente mucho más cerca de Argentina, actualmente son un territorio británico de ultramar (ver mapa). Su valor radica en que en la cuenca malvinense existen prospectos para la explotación de petróleo y gas, así como posibilidades de pesca y extracción del krill, crustáceo marino parecido al camarón.

Pinochet y la junta militar apuntaban a que, al congraciarse con Gran Bretaña y con los Estados Unidos, los dos países cesaran la presión internacional para que Chile transitara pacíficamente hacia la democracia y no violara los Derechos Humanos. Como afirman Alessandro Santoni y Sebastián Sánchez en Los “amigos de Chile”: el régimen de Pinochet y la Gran Bretaña de Thatcher (1979 -1988), aunque la dictadura chilena se proclamó neutral en la contienda, a diferencia de la mayoría de los países de Latinoamérica -incluido Brasil- que apoyaron a los argentinos -excepto Colombia-, en realidad ayudaron a los británicos con intercambio de información militar, apoyo logístico y acceso a sus puertos. Inclusive, desplegaron tropas cerca de la frontera para ocupar al ejército argentino de vigilar los movimientos sospechosos de sus vecinos.

Chile solo recibió armas vendidas por Gran Bretaña a bajos costos, pues antes de la Guerra de las Malvinas el presidente Jimmy Carter (1977-1981) de Estados Unidos tensionaba las relaciones a favor de elecciones libres y Ronald Reagan (1981-1989), al final de su mandato, respaldó a la oposición política con miras a una transición pactada.

La guerra de las Malvinas acabó el 14 de junio, con la rendición de las tropas argentinas y la reocupación británica de las islas. De acuerdo con Carlos Moneta en El conflicto de Malvinas: algunas consideraciones sobre sus efectos en el marco regional e internacional, Galtieri reconoció más adelante que no aguardaba una respuesta militar inglesa o, al menos, pensaba que ésta sería leve y destinada a reforzar la posición negociadora de Londres. Margaret Thatcher, para entonces primera ministra de Gran Bretaña, fue la encargada de liderar la respuesta militar contra los argentinos. Apodada la “Dama de Hierro” por la determinación con que encaró la guerra y batalló contra los sindicatos de su país, instauró un programa de privatizaciones y recortes en el gasto público, inspirado por fórmulas neoliberales y monetaristas. Thatcher, en su libro biográfico The Downing Street Years (1993, página 237), dice “I am not prepared to comment on the extent of Chilean assistance, but I am in no doubt that it was of great value to us” (No estoy dispuesta a comentar sobre el alcance de la ayuda chilena, pero no tengo ninguna duda de que fue de gran valor para nosotros).

Durante la guerra, el lenguaje del periodismo deportivo entró en escena para impulsar los nacionalismos de las masas alrededor del fútbol, principalmente, deporte con millones de seguidores en ambos bandos. En Argentina, la prensa titulaba: “Vamos a dar la batalla como en una final de campeonato“: “les ganamos la primera jugada; se hablaba de los soldados como “jugadores que defendían la camiseta” y se presentaban las hostilidades como una “causa nacional” o un “partido por el honor de la patria”. Mientras que la prensa del oponente titulaba “The Falklands campaign” (la palabra campaña alude a ganar la temporada en el fútbol); “Score one for Britain” (marcar uno (gol) por Gran Bretaña) y “The final whistle hasn’t blown yet” (El partido no termina hasta que termina).

En 1982, España organizaba su primer mundial de fútbol. La selección chilena fue eliminada en la primera fase de grupos al perder contra Alemania Federal, Argelia y Austria, en tanto que Argentina se despidió de las justas en la segunda fase de grupos al caer frente a Italia y Brasil.

Argentina vs Chile en el 2025

Las dos naciones mantienen una relación cordial, pese a la historia de desencuentros ya reseñada y al deseo de tener parte de la soberanía de la Antártida, como lo informa la BBC Mundo en el artículo La histórica visita del presidente de Chile al Polo Sur: qué países reclaman la soberanía sobre la Antártida y por qué. También cuentan con un dinámico intercambio comercial: Argentina le exporta principalmente productos industriales y agroindustriales; Chile, productos minerales y manufacturados.

La balanza de fichajes de jugadores está a favor de Argentina: este país aporta 86 futbolistas a la liga profesional chilena: Emiliano Amor a Colocolo, Fernando Zampedri a Universidad Católica y Lautaro Palacios al Audax Italiano, entre otros. Chile, 18: Paulo Díaz a River Plate, Felipe Loyola a Independiente y Williams Alarcón a Boca Juniors, por poner algunos ejemplos.

No obstante, las ideologías de sus gobiernos divergen en el manejo macroeconómico. El presidente argentino Javier Milei (2023-2027) es un representante de la derecha neoliberal, caracterizada por ajustes en el gasto público, reducción de impuestos a los grandes capitales, limitación del Estado en el manejo económico y promotor del libre mercado. En contraste, el presidente chileno Gabriel Boric (2022-2026) se identifica con la izquierda progresista, inclinada por regular el mercado y renovar el papel del Estado como garante de derechos y proveedor de servicios públicos.

Sus estilos de juego también son diferentes. La selección de Argentina, dirigida por Lionel Scaloni, prioriza la precisión en los pases, las posiciones fijas y la ocupación de los espacios, con un mayor número de rotaciones, velocidad e improvisación. La selección de chile, orientada por Ricardo Gareca, suele ser más lenta y enfocada en la posesión del balón, con una fuerte dependencia en el talento individual para desestabilizar a las defensas rivales.

En comparación, los indicadores económicos les sonríen más los chilenos, como se aprecia en la tabla, especialmente en el ingreso per cápita anual, el Índice de Precios al Consumidor y la deuda pública como porcentaje del PIB.

Variable Chile

Argentina

Población 2023 19.658.835 45.538.401
PIB anual 2023 310.326 M€ 596.822 M€
PIB per cápita 2023 15.786 € 13.106 €
IPC 2025 4.9% 66.9%
Deuda pública 2023, % PIB 39,41% 155,41%
Gasto en defensa (M.€) 2023 5.067.3 2.821.5
Valores en euros. Fuente: Expansión/Datosmacro

Sin embargo, los indicadores de la clasificación al Mundial de Norteamérica le sonríen ampliamente a la selección argentina, la cual lidera el grupo de los equipos sudamericanos con 31 puntos y ya tiene el cupo asegurado, mientras que la selección chilena, con 10 puntos, está en la base de la tabla de posiciones y tendrá que ganar casi todos los partidos de las próximas cuatro fechas para obtener la clasificación.

Escucha aquí el podcast De las islas al estadio: historia geopolítica de una enemistad sudamericana

Referencias

Archivo Prisma. (2 abril de 1982). AV-4900 [Auxiliares para 60 minutos: 2 de abril, Galtieri sale al balcón
ante una multitud reunida] [Video]. YouTube.https://www.youtube.com/watch?v=70ZsgT-n3KM

BBC News Mundo. (2025, January 4). La histórica visita del presidente de Chile, Gabriel Boric, al polo Sur: qué países reclaman la soberanía sobre la Antártida y por qué. https://www.bbc.com/mundo/articles/cr7vdxlg8e7o

Bernardi, A. (2022). El Gráfico y las Malvinas: periodismo deportivo en tiempos de guerra. Dédalo.

Cortés Díaz, M. A. (2023). La doble política de Chile en la guerra de las Malvinas: entre la neutralidad diplomática y la cooperación con Gran Bretaña. Encrucijada Americana, 15(2), 72–87. https://doi.org/10.53689/ea.v15i2.215

Expansión. (2025). Comparar economía países: Argentina vs Chile 2025 | Datosmacro.com. Datosmacro.Com. https://datosmacro.expansion.com/paises/comparar/argentina/chile

Moneta, C. (1982). El conflicto de Malvinas: algunas consideraciones sobre sus efectos en el marco regional e internacional. Nueva Sociedad, 62, 25–41.

Mora, A. (2025, February 5). Estos son todos los jugadores chilenos en el fútbol argentino. T13. https://www.t13.cl/noticia/deportes13/gonzalo-tapia-fue-ultimo-sumarse-estos-son-todos-futbolistas-chilenos-jugaran-a-4-1-2025

Redacción El Deportivo. (2024, September 5). La gran cantidad de argentinos en el fútbol chileno – La Tercera. LT La Tercera. https://www.latercera.com/el-deportivo/noticia/una-economia-mas-pudiente-en-el-pais-vecino-en-argentina-se-sorprenden-por-la-excesiva-cantidad-de-transandinos-en-el-futbol-chileno/6D6WBK53MVB3HCTPLI5AW7QL5I/

Santoni, A., & Sánchez, S. (2022). The “friends of Chile”: Pinochet’s regime and Thatcher’s Great Britain (1979-1988). Revista de Historia (Chile), 1(29), 401–428. https://doi.org/10.29393/RH29-15ACAS20015

Thatcher, M. (1993). The Downing Street Years. HarperCollins.

Vassallo, M. S. (2022). Malvinas: voces de la plaza: Los discursos de Galtieri y los pronunciamientos
de los manifestantes en las movilizaciones masivas a la Plaza de Mayo el 2 y el 10 de abril de
1982. Aletheia, 12(24). https://doi.org/10.24215/18533701e123

Agon y Areté
Soy Sandro Angulo Rincón, colombiano, periodista y profesor universitario. Investigo, practico en forma amateur y consumo deportes. Aspiro a producir piezas periodísticas de calidad y obtener la retroalimentación de los lectores para que Agon & Areté crezca entre distintos públicos de habla española, inglesa, portuguesa y árabe.

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